Una de las cualidades que más me impactan de Dios es su Fidelidad a su Palabra y a sus propias promesas. En otras palabras, su fidelidad a sí mismo.
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¿Si El lo dijo, acaso no lo hará?
Dios no es hombre para mentir.
Ello me lleva a reflexionar del compromiso que tengo conmigo mismo.
Con mis valores, con mis convicciones, con mis principios.
Que tanto respeto me tengo a mi mismo para honrar mi palabra, mis promesas,
y compromisos que adquiero?
Gracias por estar aquí hoy de nuevo.
Sigo y seguimos siendo desafiados en descubrir secretos que cambien vidas.
Dios los bendiga.
-JotaPeCe