Cuando la fortaleza de la familia es debilitada los propósitos que Dios creo para las familias se pierden: Protección, procreación, provisión, identidad, entre otras. Cuando todo esto de debilita no solo nosotros nos debilitamos. También se debilitan nuestras naciones, y nos volvemos débiles.

Cuando no somos protegidos por la familia, creemos que no estamos a salvo, que somos abandonados y crecemos sin identidad alguna.
La mentira que en los tiempos actuales nos pretenden imponer al socavar los valores de la familia es precisamente eso lo que buscan. Implotar y explotar a la sociedad a un punto de debilidad y sometimiento.

Afirmarnos y defender el valor de la familia nos da la seguridad, certeza y valor. Nos hace sentirnos amados y protegidos y cuidados por nuestro papa Dios y nos hace naciones fuertes.

-JotaPeCe